Cuando el millonario Hiram B. Otis y su familia se instalaron en el antiguo castillo de los Canterville, Simon, el fantasma, se restregó las manos: tendría por fin la oportunidad de aterrorizar a un grupo de odiados norteamericanos. No sabía lo que le esperaba.
En esta divertida historia Oscar Wilde (1854-1900) despliega su inmenso talento para el humor, la ironía y el sarcasmo